Hacía mucho que no publicaba nada en este blog. La verdad es que el ajetreo del día a día hacía que lo tuviera un tanto olvidado. Ha sido por una buena causa: mis alumnos. Hemos estado ocupados, realmente ocupados…
Os voy a explicar una anécdota que sucedió el lunes pasado.
Que mis chicos son mi debilidad, lo sabe todo aquel que me conoce. Por supuesto que, a veces, me hacen enfadar pero también me hacen sonreír, disfrutar de las clases y reír. Ellos hacen que sienta que estoy en el lugar que debo estar.
Mañana empieza el segundo trimestre. Puede parecer una tontería pero es verdad que el tiempo pasa demasiado deprisa. Cuando disfrutas con lo que haces éste se escurre entre los dedos.
Y estoy cansada, por supuesto, pero es un cansancio agradable. De quien no para, pero disfruta a cada paso. Mis compañeros pensarán que estoy loca y poco se equivocan.
Son tiempos duros, pero mi profesión es preciosa. A pesar de los palos, a pesar de los que la quieren matar, los protagonistas verdaderos hacen que valga la pena el esfuerzo. En sus manos está un futuro que no pinta muy bien. Estoy convencida de que ellos sabrán hacerlo mejor que nosotros.
Me gustaría compartir una actividad que ya había hecho con mis alumnos, pero el otro día disfruté con los más pequeños. Se trata de una actividad cuya idea vi de casualidad en Youtube y me inspiró a hacerla a mi manera. Se trata de la construcción de los sólidos platónicos.
Quiero con locura a mis alumnos. Ellos hacen que cada día vaya al instituto con energía y con ganas de enseñar matemáticas. Ellos no se merecen lo que está pasando. Son nuestro futuro y nos dedicamos a cortarles las alas antes de enseñarles a volar.
Sé que son grandes chicos; son luchadores. Merecen conservar los pocos privilegios que les quedan. Merecen tener las mismas oportunidades de quienes se lo pueden permitir económicamente. Estos recortes son injustos para nosotros pero especialmente son injustos para ellos.
Por los recortes que nos afectan a nosotros, por los recortes que les afectan a ellos y por el futuro de todos: hoy saldremos a la calle…
«Mira señu; te he dibujado aquí, feliz, en tu mundo de matemáticas…»
Por si no me había dado cuenta, S me lo aclara:
No sé si Descartes pensaría lo mismo que yo, pero paseando por Calatañazor, encontré estos ejes cartesianos:
Hay veces en las que sobran las palabras y esta es una…
«Señu, siempre te ríes. ¿Porqué lo haces? ¿Tanto te gustan las matemáticas?»
Eso me dijo el otro día una de mis alumnas en clase. No se cree lo que le digo, que me río porqué soy feliz. Las matemáticas han ocupado muchos de los momentos más felices de mi vida (si bien es cierto que no todos han sido buenos) y descubrir su belleza ante ellos me hace sentir muy bien.
Lo recordaba esta mañana, estando en un curso de WebQuest en el que varios profesores han compartido sus experiencias y nos han deleitado con la presencia de sus alumnos. Eran verdaderos artistas pero no muy diferentes a los míos. Mis chicos también son brillantes, trabajadores, fuertes y valientes. Mis chicos también son adolescentes que quieren rebelarse contra los profesores. El objetivo es robarles el corazón. Y, casi sin querer, descubres que lo consigues a golpe de sonrisas y ternura…
Sin duda el mejor humor del mundo… Lo he visto por ahí y no me he podido resistir a compartirlo. Desconozco el autor original, lamento no citarlo.
-Señor, ¿quiere usted una copa con cava?
-No, si le parece la quiero convexa, para que se me caiga toda la bebida encima…
Vía @AxConX
Va de números 